Los movimientos socioambientales y el mundo de la ciencia llevan alertando durante años los efectos catastróficos del cambio climático sobre el ecosistema y la vida humana. Comprender que en el planeta todo está interrelacionado y que es necesario cambiar la matriz de producción extractivista a otro modelo económico que contemple una bioeconomía circular, minimizando la reducción de residuos y siendo efectivamente sostenible es urgente. En este contexto, la Dra. En Ciencias Biológicas del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE), Uruguay, Claudia Piccini expondrá sobre el “Retroceso glaciar y cambios en la diversidad procariota durante la formación de un lago Antártico” en los XXI Coloquios de Microbiología Valparaíso que se realizarán este jueves 29 de agosto a las 12:15 horas en modalidad online.
La investigadora explica que “el retroceso glaciar ocurre cuando la cantidad de hielo que pierde un glaciar es mayor que la que gana. Por ejemplo, en los glaciares de montaña esto se evidencia porque la línea o frente del glaciar cada vez está más cerca de la cumbre. Si bien esto ocurre naturalmente a través de procesos tales como fusión, evaporación, ablación, erosión debido al viento, se ha visto acelerado por el aumento de la temperatura global debida a las emisiones de gases con efecto invernadero, lo que conocemos como cambio climático. Estas masas de hielo que se están derritiendo a un ritmo acelerado generan diversos ecosistemas de agua dulce y de transición en vastas zonas que solían ser biomas terrestres, resultando en un cambio en los ecosistemas a nivel mundial”.
Este retroceso de glaciares que se encuentra en ecosistemas marinos genera el aumento en el nivel del mar. “Estos cambios aún no están del todo comprendidos, lo que impide sacar conclusiones sólidas sobre el efecto de la pérdida de la capa de hielo en el funcionamiento ecosistémico, así como tampoco se conoce la repercusión que tiene el surgimiento de estos nuevos cuerpos de agua sobre el clima”, precisó Claudia Piccini.
Además, hay un elemento del que generalmente no se habla en la opinión pública que es la diversidad procariota, los organismos más diversos del planeta que se remontan al origen de la vida, al menos 3800 millones de años atrás. “Las comunidades procariotas son componentes esenciales de los ecosistemas y están involucradas en procesos biogeoquímicos como el reciclado de la materia orgánica, fundamental en el ciclo de nutrientes orgánicos/inorgánicos, así como en la transferencia de energía a otros niveles tróficos, presentando además variadas respuestas a cambios ambientales. Es por ello que se plantea que el mundo microbiano constituye el sistema de soporte de la vida en la biosfera, siendo importante aprender no sólo cuáles son los procesos generadores de diversidad procariota, sino también los que la disminuyen, así como los efectos ambientales de ambos”, sostiene Piccini.
A pesar de los grandes esfuerzos realizados, conocer la exacta dimensión de la diversidad procariota y las consecuencias de sus extinciones constituye un gran reto. “Existen algunos cambios ocasionados por la actividad humana que disminuyen la diversidad procariota en algunos ecosistemas (por ej. la actividad agrícola intensiva disminuye la riqueza y diversidad de bacterias del suelo). Por otro lado, la aparición de ecosistemas acuáticos debida al retroceso de glaciares genera nuevos espacios y hábitats para las especies procariotas, que se ensamblan de acuerdo a las características ambientales. Nuestro objetivo como investigadores e investigadoras de estos ecosistemas es determinar el potencial metabólico y funcional de las comunidades procariotas que se establecen en ellos, de manera de aportar a la predicción de su impacto por ejemplo, sobre la captación y emisión de gases y por tanto sobre el clima”.
Claudia Piccini alerta de los efectos más drásticos de la desaparición de glaciares, que se está dando a gran velocidad en algunas zonas. Los más evidentes son que se deja sin fuentes de agua dulce a millones de personas; aumenta el nivel del mar, generando inundaciones y modificando los paisajes. La alteración de la disponibilidad de agua para regar, beber y generar energía son sin duda amenazas graves para las sociedades humanas. Además, al derretirse el hielo, se liberan microorganismos y sustancias químicas que permanecieron inertes en el hielo durante siglos.
Este último efecto es uno de los que más alerta genera en la comunidad científica: “se ha reportado que el retroceso de glaciares en los Alpes liberó diversas sustancias, tales como el insecticida DDT, dioxinas y contaminantes orgánicos persistentes (COPs). Cuando son liberados al ambiente, estos compuestos que son muy estables se transportan por el aire largas distancias, se condensan y almacenan en el hielo. El retroceso masivo de los glaciares en los últimos 20 años libera más agua de deshielo, incluidas estas sustancias químicas allí almacenadas. La presencia de estos compuestos en el agua de los lagos o en sitios costeros constituye una amenaza para la salud ambiental y humana que, en el caso del DDT por ej. cuyo uso está prohibido desde la década de los 70, creíamos superada”, explica la investigadora.
Este encuentro en los XXI Coloquios de Microbiología Valparaíso será una oportunidad para reflexionar sobre los múltiples desafíos que representa el retroceso glaciar. Claudia Piccini enfatiza que conocer mejor a las comunidades procariotas contribuirá, no sólo a predecir el impacto de los cambios que están ocurriendo a nivel de las grandes masas del hielo mundial, sino también generar soluciones a dichos problemas basadas en microorganismos.
Para participar de esta iniciativa sólo es necesario acceder al link de conexión disponible en www.biogemchile.cl o escribir a biogem.comunicaciones@gmail.com.
Comments